Las amígdalas y los cálculos amigdalinos: ¿qué son?
Las amígdalas son dos glándulas ubicadas en la parte posterior de la garganta, una a cada lado. Estas glándulas son parte del sistema inmunológico y ayudan a combatir las infecciones. Sin embargo, a veces pueden desarrollarse cálculos amigdalinos, también conocidos como piedras en las amígdalas.
Síntomas de los cálculos amigdalinos
1. Mal aliento persistente.
2. Dolor de garganta.
3. Dificultad para tragar.
4. Inflamación de las amígdalas.
5. Tos crónica.
6. Sensación de tener algo atascado en la garganta.
Causas de los cálculos amigdalinos
Los cálculos amigdalinos se forman cuando los restos de comida, bacterias y mucosidad se acumulan en las grietas de las amígdalas y se calcifican. Esto puede deberse a una mala higiene bucal, infecciones recurrentes de las amígdalas o tener amígdalas grandes y profundas.
Tratamientos para los cálculos amigdalinos
Existen varios tratamientos disponibles para los cálculos amigdalinos, dependiendo de la gravedad de los síntomas y la frecuencia con la que se presentan. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
1. Enjuagues con agua salada
Los enjuagues con agua tibia y sal pueden ayudar a reducir la inflamación de las amígdalas y eliminar los cálculos amigdalinos. Se recomienda hacer enjuagues varias veces al día para obtener mejores resultados.
2. Extracción manual
En casos más graves, un médico o un especialista en oído, nariz y garganta puede extraer los cálculos amigdalinos manualmente utilizando instrumentos especiales. Este procedimiento se realiza bajo anestesia local y puede ser necesario en casos de cálculos grandes y persistentes.
3. Antibióticos
Si los cálculos amigdalinos están asociados con una infección bacteriana, es posible que se receten antibióticos para tratar la infección y reducir la inflamación de las amígdalas.
4. Amigdalectomía
En casos extremos y recurrentes de cálculos amigdalinos, puede ser necesario extirpar las amígdalas en un procedimiento quirúrgico llamado amigdalectomía. Esta cirugía se realiza bajo anestesia general y puede ser recomendable en casos de amigdalas crónicamente inflamadas o infectadas.
En conclusión, los cálculos amigdalinos pueden ser una molestia para muchas personas, pero con el tratamiento adecuado y una buena higiene bucal, es posible controlar los síntomas y prevenir su recurrencia. Si experimentas síntomas de cálculos amigdalinos, es importante consultar a un médico para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.